domingo, 17 de junio de 2012

PLAZA DE MAYO. El 16 de junio de 1955 BOMBARDEO de la población Civil en la capital de la República Argentina


1955- PLAZA DE MAYO. El 16 de junio de 1955, sufrimos los argentinos nuestro Pearl Harbour interno, donde la víctima es el pueblo y el agresor la oligarquía. 1955 -AVIÓN BOMBARDEOS CON LA LEYENDA "CRISTO-VENCE". A las 12:40 de aquel día 16 de junio, el capitán de fragata Néstor Noriega inicia el bombardeo al mando de un avión Beechcraft y le sigue el capitán de corbeta Santiago Sabarots. Cada uno lanzó una bomba de 50 kilos. La cuadrilla, integrada por cuarenta aviones, había salido de la base aeronaval de Punta Indio y durante cinco horas, cubrió de sorpresa, dolor y muerte la histórica plaza. En medio de las corridas envueltas por el pánico, los disparos sin descanso de las ametralladoras dejaron huellas que aún hoy se pueden ver, por ejemplo, en el frente del edificio del Ministerio de Economía que da a la avenida Leandro Alem.PILOTOS DE LA MARINA EN MONTEVIDEO -1955.
Aquel 16 de junio, el capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encentraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados, así comienza la masacre del 16 de junio. Noriega y Sabarots son los responsables materiales junto a los aviadores de aquel día de masacre, hay otros responsables intelectuales.
En el trabajo por recuperar históricamente aquella masacre, realizado por Gonzalo Cháves, titulado la Masacre de Plaza de Mayo, pasa revista a los nombres de muertos y heridos, lugares donde fueron alojados y la cantidad de muertos NN que aparecen en el listado. Por otro lado, Gonzalo Cháves afirma en un reportaje concedido a un diario de Rosario: "Me sorprendió descubrir entre los protagonistas de la masacre del 16 de junio de 1955 a hombres y nombres que participaron en el golpe del 24 de marzo de 1976, como los dos secretarios del ministro de Marina Olivieri, que fueron Emilio Eduardo Massera y Horacio Mayorga, dos marinos importantes en el último golpe de Estado. Ellos estuvieron al tanto de lo que iba a pasar y no detuvieron la acción militar contra los civiles. El ministro Olivieri dio parte de enfermo y sólo regresó al despacho dos días más tarde del 16 de junio. Lo mismo hicieron “Emilio Eduardo Massera y Horacio Mayorga, sus jóvenes ayudantes”. De esa investigación se desprende que estuvieron involucrados activos participantes de la última dictadura militar como son: Carlos Suárez Mason y Osvaldo Cacciatore, intendente porteño durante la dictadura, el de las famosas autopistas, que integraba la escuadrilla de la aeronáutica que bombardeó la Plaza de Mayo. Otro de los personajes que estuvo en el bombardeo fue el hermano de Massera, Carlos Massera como piloto de la marina. “La sublevación contó en forma activa con el respaldo de la base naval de Punta Indio que estaba al mando del capitán de marina Néstor Noriega; del BIM 4 (Batallón de Infantería de Marina), asentado en Puerto Nuevo y de parte de la oficialidad de la Aeronáutica hubo dos aviones Catalina que llegaron de la base Espora. La noche del 15 de junio copó Ezeiza, con el objetivo de reabastecerse de combustible y explosivos, porque la base de Punta Indio quedaba muy lejos. De allí los pilotos con sus aviones fueron y volvieron varias veces, entre ellos Cacciatore”, sostiene Cháves. Hay un testigo incomparable, el camarógrafo de Sucesos Argentinos, Carlos de la Fuente, víctima del bombardeo, que a pesar de estar herido, no perdió la conciencia, llegó a contabilizar "pilas de muertos detrás de la Casa Rosada", con una etiqueta atada con un hilo en el dedo gordo del pie con los datos de cada una de las victimas. Dice lacónicamente: todo fue un pandemonium. Siempre se trató de minimizar esta masacre, hecho aberrante y criminal si los hubo. Hoy aparecen una serie de lenguaraces hablando y otros escribiendo sobre el bombardeo a la Plaza de Mayo hipócritamente; otros pidiendo resarcimiento económico para las víctimas, toda una burla caricaturesca, cuando, durante años ni se acordaron de ese pueblo masacrado, ni que los fusilados en León Suárez que eran trabajadores y resistentes. Cuando se asesina al pueblo, los plumíferos y charlatanes se hunden en el silencio. Son otras muertes. Repetimos, siempre se trató de minimizar y ocultar por derecha este hecho monstruoso, pero no podemos callarnos y denunciar la carga de hipocresía de algunos que detentan el rótulo de progresistas y adelantados. Por otro lado el reconocido periodista Gregorio Selser sostiene lo siguiente: “Como culminación de la serie de actos de desagravio a la bandera, se dispone que una escuadrilla de diez aviones a retropropulsión sobrevuelen la Catedral de Buenos Aires, en Plaza de Mayo. Ignorándolo Perón, ese vuelo debe convertirse en la señal de una insurrección conjunta de las tres fuerzas armadas y comandos civiles, que debía iniciarse a las 8”. Pero debido a una imprevista niebla, los aviones sólo pueden alzar vuelo a las 10. Durante ese lapso Perón es informado de la conjura y se traslada al Ministerio del Ejército. Al mediodía aviones navales bombardean la Casa Rosada y sus adyacencias, al tiempo que fracasan los intentos de la infantería de marina de apoderarse del sector. Las víctimas se cuentan por centenares. Los aviones que participaron de la acción se refugiaron en Uruguay”, es decir, se fugan llenos de cobardía. Los agresores huyen hacia Uruguay, donde solicitan asilo político, eran tiempos de Battle Barres. ametrallaron la ciudad'. La masacre de junio de 1955 costó la vida aproximadamente a 350 ciudadanos, otras fuentes más precisas sostienen 367, y a más de dos millares de heridos, sin contar las profundas secuelas de terror que se instaló en gran parte de la población que vivió, asistió y sufrió aquellos bombardeos encabezados por los aviones de la marina y Aeronáutica, acción indudablemente repudiable. A primera hora un ordenanza trajo una nota con una orden de trabajo urgente: informaba que la Dirección de Construcciones procedería a cavar 700 tumbas en el Cementerio de la Chacarita. Muchos años después, ya disuelta la DAOM y yo fuera de ella, por razones de investigación histórica, traté de ubicar en el Archivo Municipal ese enorme libro de Registro de la Dirección de Construcciones para volver a ver, allí registrada con mi letra, ese macabra orden de trabajo, tétrico reflejo del doloroso enfrentamiento que dividió a los argentinos y que tuvo formas de barbarie”. Los hospitales que brindaron ayuda en el momento que se producía la caída de casi 14 toneladas de explosivos sobre la Plaza de Mayo y adyacencias fueron: la denominada y conocida Asistencia Pública, los hospitales Argerich, Rawson, Clínicas, Alemán, Policlínico del Ministerio de Hacienda, Policlínico Militar y Policlínico Rivadavia. Otras fuentes tienen la información sobre los muertos y heridos en el hospital Ramos Mejía y Español y el Policlínico Durand; otro grupo lo conforman los Policlínicos Fernández, Álvarez y Las Heras. Lo de policlínicos es la denominación de la época. En la Morgue Judicial como en los listados de los hospitales y policlínicos se encontraba la lista de muertos y heridos. Las mujeres fallecidas e identificadas son 50, 9 las NN femeninas, los hombres no identificados son dos decenas. Asimismo, en la Asistencia Pública aparecen 25 cadáveres no identificados y el Policlínico Las Heras no se suministró, en su momento, la lista de los muertos. Además, hay una lista de enfermeras y enfermeros que prestaron ayuda a los atacados y fueron muertos en el bombardeo, sumando otros seis asesinados. Un cable de ANSA, por otro lado, informaba sobre los sublevados que piden asilo en Uruguay: la lista de 27 rebeldes, incluyendo a un civil. Un párrafo aparte sobre la participación de los civiles, ya que esta sublevación militar contó con comandos civiles que luego actuarían durante la denominada Revolución Libertadora. La lista es publicada por el diario La Nación del 8 de julio de 1955, donde se incluyen las bajas o retiros entre los militares insurrectos: Aeronáutica: 26 miembros y en la Marina, 78 marinos. Estos destierros de las fuerzas fueron refrendadas por los ministros de Marina y Aeronáutica. Además el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas informaba que habían sido encuadrados en el marco de rebeldía al personal interviniente en los sucesos del 16 de junio, de acuerdo al Código de Justicia Militar. Pero la realidad posterior ocultó la masacre del 16 de junio, se conoció más la quema de las iglesias que este momento histórico, que no sólo marcaba el comienzo del final del gobierno peronista, sino, el recomienzo e implementación por parte del Estado, la puesta en marcha de la maquinaria represiva.



Sdesmontaje de una formación ideológica de carácter nacional. Luego del bombardeo, parte del pueblo salió a la calle enardecido. Perón trató de contenerlos. En esa reacción, donde le solicitaron armas a Perón, se cometieron algunos desmanes como respuesta a la masacre. Se cumplió más de medio siglo y, sin embargo, la masacre sigue impune, como tantas otras aberraciones contra el pueblo. Por eso, debe aparecer la memoria histórica, rescatar la identidad colectiva y que estos asesinatos queden escritos en los anales de la historia, los nombres de sus autores.
El 16 de septiembre, de ese mismo año, se termina de consumar lo iniciado el 16 de junio de 1955; La masacre de Plaza de Mayo. Luego de la caída de Perón vendrán los asesinatos a mansalva en José León Suárez y los fusilamientos de junio de 1956.
Comenzaba la construcción de un andamiaje legal de un gobierno militar de facto, con la vigencia del Decreto 4161 que preveía cárcel para todo aquel que mostrara sus simpatías peronistas, luciera emblemas o fuera miembro de la Resistencia Peronista.

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